martes, 17 de julio de 2012

Si lo que querías era hacerme llorar, ya lo has conseguido. Pero déjame decirte, que esta vez no va a ser como las demás, no voy a volver a perdonarte cada vez que vengas pidiéndome perdón. No voy a volver a caer en tu juego, en ese juego en el que me has envuelto una y otra vez sin cansarte de reírte de mí. Esto acaba aquí. Me cansé de sufrir. Sí, como oyes, sé que muchas veces has sabido hacerme reír como nadie, al igual que también sé, que has sabido hacerme feliz con todos y cada uno de los detalles, pero desgraciadamente, también sé que no eres mas que un niñato egocéntrico, y que todas esas cosas bonitas que me decías, no era la única con la que lo hacías. Por eso, hoy, el día en el que oficialmente he abierto los ojos al mundo para darme cuenta de lo que realmente eras, quiero decírtelo. No eres más que un imbécil. Pero déjame decirte que gracias, gracias por hacerme darme cuenta de que mi orgullo vale mucho más que ningún tipo como tú, gracias por abrirme los ojos, y convertirme en la que voy a empezar a ser a partir de ahora. Gracias, por salir de mi vida.

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